Para muchas de nosotras, septiembre suele ser como el inicio de un nuevo año. Ya sea porque tienes familia y es cuando lxs peques empiezan en la escuela, o porque eres emprendedora y para ti empieza una nueva temporada o simplemente porque has desconectado tanto durante las vacaciones que ahora te cuesta remontar, este mes suele ser una bomba atómica de emociones, ¿verdad?
En ese popurrí de emociones la que predomina en mi caso suele ser la confusión. Dentro de ella se mezclan las ganas de probar cosas nuevas (empezar procesos nuevos) o continuar los que ya comencé hace tiempo, así como los bloqueos y miedos: no saber cómo empezar, el miedo a poder mantener el nivel de compromiso, que lo que haga aporte algo sea a mí misma o a otras personas etc. ¿Te resuena?
Quizá en tu caso, uno de esos objetivos, proyectos o ilusiones sea ordenar definitivamente tu casa.
Quiero matizar ese “definitivo” para no crearte falsas expectativas. Cuando digo definitivo no significa que vayas a ordenar tu casa una vez y ya tengas todo resuelto para siempre. Hay que distinguir dos tipos de orden:
– El orden del día a día: consiste en devolver cada cosa a su sitio una vez que hayas terminado de utilizarlo. Esto no va a desaparecer de tu vida nunca. Es una obviedad, pero lo menciono porque me encuentro con muchas personas (de echo creo que todas caemos en ello en algún momento) que evitan hacerlo y ponen parte o toda la responsabilidad en terceros.
– El festival del orden: consiste en revisar todos tus objetos, elegirlos y reordenarlos de forma funcional y de manera que llene tu casa de felicidad. La forma más coherente, sencilla y profunda que he encontrado yo hasta ahora de ordenar mi casa es a través del método KonMari™.
El proceso KonMari™ (o festival del orden) tienes que planteártelo como algo excepcional. La clave está en comprometerte contigo misma, para que puedas revisar y ordenar categoría por categoría todos tus bienes y dejar ir todo lo que no suma en tu vida. Si haces este trabajo con compromiso bastará que lo hagas una vez en la vida o por lo menos una vez cada muuucho tiempo.
Las personas estamos en constante evolución y, en consecuencia, nuestras pertenencias y el orden de la casa tiene que transformarse con nosotras. Uno de los cambios que vas a experimentar durante el proceso KonMari™ es que vas a desarrollar tu radar de la felicidad. Serás capaz de detectar las pertenencias que te llenan, te hacen sentirte realizada, empoderada, confiada… y dejar ir con agilidad las que no.
No es magia, es práctica. Si te animas a ordenar tu casa con este método durante todo el proceso, siguiendo el orden de las categorías, estarás chequeando cada una de tus pertenencias. Es decir, pasarás horas constatando lo que te hace feliz o no. De tal manera, que para cuando acabes de ordenar tu casa esa forma de percibir las cosas y la agilidad a la hora de decidir, se habrán convertido en un hábito.
Como sabes, realizar el proceso completo (o parte de ello) no es chasquear los dedos y listo. Detrás de esa imagen idílica de estilo pinterest, como en todos los procesos importantes de la vida, hay horas de trabajo.
Aceptar que el desorden no se arregla en 10 minutos y aprender a lidiar con ese caos temporal es una de las dificultades más habituales entre las personas que KonMarizan* su casa. Quizá te sorprenda, pero una de las asistencias más importantes que hago durante mis servicios (tanto presencial como online) es ayudar a mis clientas a gestionar la necesidad que todo esté perfecto para ya, ayudarles a gestionar esa incertidumbre y que confíen en sí mismas y en la vida.
Creo que todas nos sentimos así en algún momento. De echo, me parece lo más normal del mundo, ya que vivimos en una sociedad hiperestimulada, llena de imágenes, muchas de ellas de vidas perfectas. Estamos habituadas a correr, a ser hiperproductivas, a conseguir rápido un objetivo para poder pasar a otro más grande. Y parece que si te bajas de ese carro te vas a quedar atrás o no vas a conseguir nunca eso que tanto deseas.
Yo me siento así millones de veces al año (a veces incluso al día). Por ello, empatizo tanto con las valientes que han tomado la decisión de poner toda su casa patas arriba para luego reenamorarse de ella. Siento, que además de los hábitos y la perspectiva del método KonMari™, uno de las mejores recursos que se puede ofrecer es la capacidad de escuchar y sostener lo que estés viviendo, acompañarte para que vayas paso a paso y queno intentes saltar del paso 1 al 100 (porque ¡sorpresa, sorpresa! ¡No funciona!) y ayudarte a que no pierdas de vista la visión global del proceso ni a dónde quieres llegar.
¿Te ha entrado el gusanillo? ¿Te gustaría empezar el proceso KonMari™ pero no sabes cómo? Te dejo la lista de los primeros pasos del método con links a otros artículos que te pueden interesar:
1// Proceso KonMari paso a paso. LEER MÁS
2// Identifica tus espacios personales. LEER MÁS
3// Visualiza tu vida ideal. LEER MÁS
4// Primera categoría: ROPA. LEER MÁS
5// Qué hacer si no sabes si te hace feliz. LEER MÁS
Si todavía no lo ves claro, sabes que puedes contar conmigo siempre que lo necesites.
Un abrazo💕
*Se ha inventado un nuevo verbo: KonMarizar, ordenar tu casa o tus pertenencias con el Método KonMari™. Yo KonMarizo, tú KonMarizas, todos KonMarizan🤣😉