Se que si estás aquí es porque en algún momento te has sentido atraída por el Método KonMari™, o porque has empezado el proceso y por cualquier razón te has quedado a la mitad. Por ello, antes de que nos pongamos a desgranar cada categoría a fondo quiero dejarte las claves más importantes de este método para tengas un breve guión y puedas ir paso a paso. ¿Empezamos?
Empieza por ti misma y comprométete con tu proceso
Tal y como te expliqué en el último post, es imprescindible que empieces el proceso por ti. Sé que es muy tentador que ya que te pones a ordenar, recojas también lo de lo demás. Puede parecer que si no lo organizas todo, no conseguirás que la casa se vea como tú quieres. Pero te aseguro que esto es totalmente contraproducente. Cada persona tiene su ritmo, sus necesidades y su manera de hacer las cosas. Imponerles un orden concreto partiendo desde tu necesidad (con la mejor intención del mundo, lo sé) puede ser invasivo o conseguir el efecto contrario.
Por lo tanto, céntrate en ti, en tus espacios personales, en tus pertenencias, y confía en la vida y las personas que están a tu alrededor. Confía en que el orden o la situación que deseas (que nunca será exactamente como te lo has imaginado) llegará con el tiempo, probablemente antes de lo que esperas.
El proceso que estás a punto de empezar es intenso, y necesita de tu implicación y esfuerzo. Por ello, es necesario que te comprometas contigo misma. Busca dentro de ti la motivación que te ayudará a continuar a pesar de los bloqueos e inseguridades y celebra cada pequeña-gran victoria. Mi recomendación es que hagas el proceso acompañada por una experta, porque así es mucho más fácil mantener ese compromiso y el proceso será más profundo.
Entiendo que cada persona tenemos, una situación particular y es posible que en este momento quieras hacerlo por tu cuenta. Esta decisión es igualmente válida, así que espero que este post (y todos los contenidos del blog) te ayuden durante ese camino.
Define tus espacios personales
No voy a enrollarme mucho en este punto porque tengo varios artículos en el blog en los que profundizo en el tema (este te lo recomiendo especialmente). Los espacios personales son esos espacios que no compartes con nadie, en los que puedes ser tú misma. Puede que por un momento hayas pensado que esta idea es egoísta o que promueve el individualismo. Es justo todo lo contrario, el espacio personal respeta tus necesidades pero siempre teniendo en cuenta a los demás.
Cuando te pongas a ordenar la casa empieza por estos espacios, por lo que es tuyo. Quizá te sientas un poco abrumada por esta idea, puede que te hayan venido pensamientos del tipo “pero si yo no tengo casi nada que sea exclusivamente mío… lo comparto todo con mi pareja; mis peques lo usan cuando lo necesitan; se lo presto todo a mis compañeras…”. Pon atención a todo lo que pase por tu mente, te dará muchas pistas tanto de tus miedos como de tus necesidades.
Visualiza la vida que quieres tener
Sobre esto también tienes un artículo imprescindible que además tiene 🎁. En mi opinión, este paso junto al punto anterior son los dos pasos previos más importantes para tener éxito con el Método KonMari™. Imaginar tu vida ideal, además de ser un juego divertido, es una herramienta muy valiosa para conectar contigo misma y conocer tus anhelos más íntimos. Una vez más, te dará pistas de todo lo que necesitas y de lo que tienes que transformar para acercarte a esa vida que tanto deseas.
Ordena por categorías
¿Cuántas veces has intentado ordenar tu casa por habitaciones? Y, ¿cuántas veces lo has conseguido? Probablemente ninguna. Para cuando acabas una zona de la casa, la otra está igual que al principio. Es el cuento que nunca acaba.
Sin embargo, cuando ordenas por categorías, eres consciente de todo lo que tienes en casa y cuánto tienes de cada objeto. Te sorprenderás con la cantidad de objetos repetidos, innecesarios y olvidados que podrás encontrar. También hay momentos en que te llevarás grandes alegrías porque descubrirás algún objeto que tenías completamente descuidado y que, sin embargo, te hace infinitamente feliz.
Las categorías son: ropa, libros, papeles, komono o miscelánea – todo lo que no entra en las demás categorías – y objetos sentimentales.
El truco a la hora de abordar cada categoría y no sentirte abrumada, es dividir esas categorías en subcategorías. Es decir, hacer grupos más pequeños juntando los objetos del mismo tipo.
Es super importante mantener el orden de las categorías. Se ha constatado que este orden es el más eficaz y está pensado para facilitarte el trabajo. Van de los más fácil a lo más difícil para que puedas entrenar tu detector de felicidad. Piensa en esto, ¿qué es más fácil, elegir entre dos camisetas o entre dos fotos familiares?
Elige lo que realmente te hace feliz
A diferencia de otros métodos de orden, en el Método KonMari™ no importa tanto la cantidad o el uso que le hayas dado a los objetos. Lo importante es cómo te hace sentir ese objetos. Sé que al principio, elegir desde la felicidad suena un poco vago, abstracto o confuso. Especialmente para las personas que son muy racionales este concepto es como “¡venga va! Y luego me dirás que crea en unicornios”. Pero, la verdad es que esta manera de elegir es efectiva y funciona. Lo único que necesitas es definir lo que es felicidad para ti en cada momento y entrenarte en ello.
Es complicado explicarlo con palabras, pero según mi experiencia, la felicidad puede ser como una especie de alegría, de cosquilleo en el estómago, mezclado con ternura y aceptación. Felicidad es cuando sientes amor (sí, se puede sentir amor por los objetos. Claramente, no es como el amor hacia una persona pero algo de eso tiene), confianza, bienestar, empoderamiento… En mis clientas lo veo porque cambia su postura corporal, el gesto de la cara, su mirada… todo transmite paz, alegría y apertura. ¿Ves por dónde voy?
Por supuesto, a la hora de elegir también tendrás que tener en cuenta otros factores como la funcionalidad y la practicidad. Pero por encima de ello haz caso a tus emociones y a lo que dice tu cuerpo. La mente nos pone trampas constantemente pero el cuerpo es sabio.
Esta actitud, que para mi se ha convertido en una actitud vital, se entrena y puede ser útil para otros aspectos de tu vida, especialmente a la hora de tomar decisiones importantes.
Agradece antes de desechar
El agradecimiento es una herramienta muy valiosa que ayuda al desapego. Una de las dificultades más grandes de las personas que se ponen a ordenar su casa es tener que dejar ir muchas de sus pertenencias. Ya sea por el valor sentimental, el valor económico o la funcionalidad que tengan, el desapego a veces no es precisamente fácil. Por ello, agradecer antes de desechar es como hacer un pequeño ritual de despedida en el que pones en valor todo lo que ese objeto ha hecho por ti y te preparas para dejarlo ir.
El agradecimiento conecta con la abundancia y la confianza que hay dentro de ti. Te ayudará, además, no sólo a descartar lo que no te hace feliz, sino a apreciar profundamente lo que decidas mantener en tu vida.
Primero revisa y luego ordena
Esta es otra de las claves del Método KonMari™. Sé que en cuanto te pongas a revisar te entrarán unas ganas locas de colocar cada cosa en su sitio. Te pido que aguantes ese deseo, reserva esa ilusión para cuando termines de seleccionar todo. Si tu casa y situación lo permiten, lo ideal es que hagas primero la selección de todas las categorías y después lo ordenes todo. ¿Te lo estás imaginando? Oh yeah! Es una situación de caos total, jeje. Es bastante excepcional que alguien pueda hacerlo así porque necesitas espacio y vivir sola, o con personas muy comprensivas que estén dispuestas a aguantar que la casa esté patas arriba durante un periodo relativamente largo (entre 2 y 6 meses si trabajas con un ritmo regular).
La alternativa, es que selecciones una categoría y después la ordenes. Cuando hayas terminado, ve a la siguiente y así con cada una de ellas. Primero selecciona todo lo que te hace feliz, deshazte de lo que no, y finalmente ordena.
Encuentra un lugar para cada objeto
Ya casi has terminado. El penúltimo paso es darle un lugar a cada objeto. Esto marcará la diferencia entre una casa ordenada o desordenada. Si cada objeto tiene un lugar concreto, cuando acabes tu proceso tu único trabajo será devolver cada cosa a su lugar cuando termines de utilizarlo.
Cuando completes tu proceso vas a volar. Yo no tardo más de 30 minutos en ordenar mi casa, sé dónde puedo encontrar cada cosa y dónde tengo que colocarlo. ¿Imaginas el tiempo que puedes ahorrar cada día?
El consejo más importante que puedo dar sobre esto, es que a la hora de ordenar mantengas, en la medida de lo posible, el orden de las categorías. Guarda los objetos de la misma categoría o que tengan un material parecido cerca. Por ejemplo, todo lo que tenga que ver con ropa, zapatos y accesorios en el mismo armario o al menos en la misma habitación, todos los libros en la misma estantería etc.
Llena la casa de felicidad
Cuando termines el proceso puede que tengas la sensación de que tu casa ha quedado vacía y desangelada. Es normal, a mi también me pasó. La clave para que esto no suceda es que les des a los objetos más queridos un lugar de honor. Es decir, ponlos de manera que luzcan y que te aporten alegría cuando los mires (no tienen porqué estar visibles). No infravalores la importancia de lo bello. No es imprescindible, pero aporta ese plus que marca la diferencia.
Por otro lado, acabas de terminar un proceso transformador y profundo. Puede que te hayas dado cuenta de que mucho de lo que tenías no estaba alineado con tu esencia. Sin embargo, después de este trabajo tendrás las claves que te ayudarán a saber lo que realmente quieres y necesitas. Es solo cuestión de tiempo que los vayas consiguiendo.
Ten en cuenta, que somos seres cambiantes, y por lo tanto, este no es un proceso cerrado. Si has conseguido llegar hasta aquí lo único que tendrás que hacer es mantener los hábitos que has aprendido y actualizar tus pertenencias en las diversas fases de tu vida.
Espero que esta guía te sea útil durante tu proceso. Si tienes cualquier duda, necesitas ampliar información o quieres compartir tu experiencia, por favor, ponte en contacto conmigo. Me vuelvo loca de alegría cada vez que recibo un mensaje vuestro y puedo aportar mi granito de arena en tu proceso.
Un abrazo