¿Quieres dar un paso hacia una vida más sostenible pero no sabes por dónde empezar o qué más hacer? Realizar un proceso de orden en tu hogar con el método KonMari™ cambiará tu mirada y tu manera de consumir.
¿Te acuerdas de la serie que protagonizó Marie Kondo en Netflix? Se llamaba “Tidying un with Marie Kondo” y ayudó a popularizar este método de orden, convirtiéndolo en un éxito. Pero al mismo tiempo surgieron muchos detractores, unos cuantos artículos criticando el método e infinitos memes.
Una de las críticas que más he escuchado entre mis conocidos o las personas a pie de calle, es el factor de deshacerte de lo que no te hace feliz. Entiendo que a veces esto de dejar ir los objetos da un poco de susto y hace saltar algunos prejuicios:
“Deshacerte de tus objetos es un desperdicio”
“Promueve en consumismo, comprar y tirar caprichosamente”
“Es un método elitista, ya que no todos podemos permitirnos tener sólo objetos que nos hacen felices”
Obviamente, también crea muchas resistencias entre las personas que tienen grandes apegos hacia sus objetos materiales y necesitan guardarlo todo “por si acaso”.
Sin embargo, Marie Kondo no especifica en ningún momento qué ni cuánto hay que tirar, ya que este proceso KonMari™ no se centra en la cantidad sino en la calidad. En mi opinión el guardar por guardar, sin saber lo que se tiene realmente y con la pretensión de aprovecharlo cuando llegue el momento oportuno, es bastante contraproducente.
Según mi experiencia, habitualmente cuando surge la ocasión de poder aprovechar un objeto o no es el adecuado, o ha quedado obsoleto, no está en las condiciones que esperabas o ni siquiera eres capaz de encontrarlo. Así, en las casas en las que trabajo, me encuentro a menudo con: prendas, bolsos y zapatos que se han deformado o estropeado por la humedad y el tiempo que han pasado en los armarios; objetos electrónicos que ya no cumplen ninguna función; material repetido o en cantidades absurdas para una sola persona/familia; utensilios, accesorios y herramientas que no se utilizan o no se sabe para que sirven… Podría seguir dando ejemplos pero estoy segura de que leyendo esto a ti también te habrá venido a la cabeza algún agujero negro de tu casa. Les llamo agujeros negros a esos puntos de la casa donde se acumulan todo tipo de objetos (los cajones/armarios desastre de toda la vida).
¿No sería mejor quedarnos sólo con lo que realmente utilizamos, cuidamos y apreciamos? ¿No es eso más respetuoso y ecológico que guardar por guardar o acumular sin conciencia?
Desde que realicé mi propio proceso KonMari™ tengo la determinación de poseer sólo lo que soy capaz de cuidar y apreciar de verdad. Siempre he sido bastante minimalista, pero con el paso de los años es inevitable acumular ciertos objetos, especialmente si tienes fijación por alguno de ellos. En mi caso fueron los libros, las cajas y las plantas. Creo que durante mi proceso el “clack” definitivo me vino cuando KonMaricé estas últimas.
Hasta hace poco yo era una serial killer de las plantas, podía fulminar una Aloe en cuestión de semanas. Así que para contrarrestar mi absoluta ignorancia sobre la botánica, mi primer impulso fue tener muchas de ellas. Así si se moría una casi ni me dolía porque tenía otras cuantas a las que “cuidar”. El caso es que después de pasar por varias categorías del método KonMari™, cuando llegue a la subcategoría de las plantas de Komono y revisé las mías, me di cuenta que muchas de ellas no me hacían feliz; algunas porque estaban prácticamente muertas e irrecuperables y otras simplemente no me gustaban o no las entendía. Así que llegue a la conclusión de que era mucho mejor elegir las que realmente me tocaban el corazón, donar o devolver a la tierra las demás y replantear mi pasión desde otro enfoque.
Así que te pregunto:
¿Sabrías decirme qué y cuánto tienes de cada categoría en tu casa?
¿Cómo estás cuidando todo ello, le dedicas atención plena?
¿Realmente lo aprecias o simplemente está ahí porque en algún momento llegó a tu vida?
¿Cómo llegó a tu casa? ¿Lo compraste, lo recogiste, fue un regalo, te lo pasó alguien, lo heredaste?
¿Cómo te hace sentir esa pertenencia?
¿Tiene sentido en tu casa o es coherente con tu estilo vida?
¿Cuánto lo usas?
Imagino que tras estás reflexiones sentirás unas ganas locas de revisar y poner orden en tu casa, sabiendo que todo lo que dejes ir es porque ya no te hace feliz y su tiempo contigo ha terminado. En ocasiones, servirá para que otras personas puedan aprovecharlo y darle esa atención y cuidado que tu no le estás ofreciendo. Otras veces, simplemente su vida útil habrá terminado.
Recuerda que a la hora de dejar ir tus pertenencias agradecer antes de deshacerte de ellas es siempre de gran ayuda. Este ejercicio es super sencillo:
Simplemente toma ese objeto entre tus manos y di una frase en tu mente en el que agradeces la función que ha cumplido para ti y le deseas que sea útil para otras personas o se transforme en algo maravilloso. Si quieres, incluso puedes desearle que vuelva a ti en forma de algo que necesites de verdad. Este momento de gratitud te ayuda a conectar con emociones como el amor, abundancia, respeto y la pertenencia a una comunidad.
Siento una admiración profunda por todas las personas que tienen esa sensibilidad de mirar más allá en este punto del proceso. Las personas que no se conforman, que encuentran o al menos están en la búsqueda de alternativas más respetuosas con el medio ambiente. Siempre digo que yo aprendo y recibo mucha inspiración de las mujeres (los hombres también sois super bienvenidos) a las que acompaño. Con todas ellas he podido ver diversas soluciones a este problema, cada una a su manera, con los conocimientos y recursos que tiene disponibles en ese momento, le han dado una vuelta de rosca más al tema de dónde irán a parar sus bienes. ¿Será que tengo la suerte de que siempre me contactan mujeres extraordinarias?¿O será que todas las personas tenemos esa inquietud? Espero que lo extraordinario en realidad sea ordinario y que todo el mundo sienta la necesidad de tener un estilo de vida más sincero, respetuoso y consciente con el medio ambiente.
Cuando hablo del proceso KonMari™, un punto que remarco siempre es la importancia de hacer todo el proceso de golpe y lo más rápido posible (¡Atenta! No hace falta correr ni estresarse, simplemente tener un ritmo de trabajo regular y continuado). Hacerlo de esta manera es fundamental pues es la única forma de que sea realmente transformador. Además de integrar los diversos hábitos que aprenderás durante tu proceso, ver todos los objetos de una misma categoría juntos es impactante. Todas las personas que he acompañado (incluida yo misma) se han sorprendido de la cantidad de objetos que les sobraba o no les hacía felices.
Deshacerte de todo ello tiene un punto traumático. Podría decir incluso que es desgarrador, obsceno, desolador… Pero desde mi punto de vista, este pequeño shock es muy positivo. Es precisamente esa dosis de realidad, ese “¡zas! En toda la cara” lo que te impide volver atrás. Te hace ser exigente, coherente y minuciosa con tus adquisiciones. Ya no te vale cualquier cosa, no compras por comprar ni aceptas sin cuestionar.
Nadie es 100% coherente pero todas podemos dar un paso más hacia ello. Así que para acabar te dejo mi decálogo para cualquier adquisición:
1// Pregúntate ¿de verdad lo necesito?…
2// Aunque la respuesta sea “sí”, date un par de días más para meditarlo
3// Revisa siempre lo que tienes
4// Elige la calidad antes que la cantidad
5// Aprende a decir “no gracias, tengo todo lo que necesito”
6// Equilibra tu presupuesto para que puedas apostar al máximo por marcas pequeñas
7// Mejor que sea local o de proximidad
8// Si vas a comprar de primera mano comprométete a aprovecharlo hasta que finalice su vida útil.
9// De lo contrario ¿puedes pedirlo prestado o comprarlo de segunda mano?
10// Busca inspiración, déjate influenciar y aprende de otras personas que están más concienciadas en este tema.
Un abrazo💕✨,
Sara
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