¡Hola!

¿Qué tal? Prácticamente tenemos las navidades encima y ahora que nos están bombardeando por todas partes para consumir sin parar, me parece que es el momento ideal para hablar sobre el juego.

 

Hoy en día el juego se ha convertido en un concepto bastante complejo, ya que se utiliza en muchos contextos y con significados diversos. Mi definición del juego lo he aprendido en la formación de Educación Creadora con Diraya.

 

Pero voy a empezar por definir qué NO es el juego para mí:

  • No es un acto superficial
  • Tampoco es un simple entretenimiento
  • Y mucho menos algo unido a la moda o el consumismo

 

¿Entonces? ¿La mayoría de los productos que se anuncian por televisión no los considero juego? ¿O muchos de los materiales que fomentan desde la educación alternativa? Pues la verdad es que no. Creo que tienen otras funciones que son totalmente válidas pero creo que el juego profundo es mucho más que eso.

 

El juego profundo, tal y como yo lo entiendo, es una necesidad universal que compartimos todas las personas del mundo sin importar nuestra edad o condición. En ese sentido, es una actividad que tiene que ver con uno mismo y que sale de nuestro interior. El juego está relacionado con nuestra esencia y crea conexiones a varios niveles de profundidad.

 

Otra característica del juego genuino es que es espontáneo, y a menudo, no tiene sentido. Podría darte miles de ejemplos, pero por mencionar sólo unos pocos ¿te acuerdas de cuando de pequeña en la playa jugabas a hacer muros de arena para parar el mar? ¿O cuando pretendías hacer un agujero tan profundo que llegará hasta la otra parte del mundo? ¿Alguna de vosotras intentó alguna vez contar desde el 0 hasta el infinito?

 

Así pues, cualquier cosa puede ser juego o, desde el ángulo opuesto, puede convertirse en un castigo o una tortura. En el juego se aprende mucho pero no se enseña. Los mayores aprendizajes de nuestra vida son las que pasan a través de nuestro cuerpo, los que parten de tu interés y experimentas en tus propias carnes. En estos casos, el aprendizaje no es un objetivo sino una consecuencia. Desde el momento que lo dotamos de objetivos, el juego pierde su naturaleza y pasa a ser otra cosa.

 

Sin embargo, cuando se crean las condiciones adecuadas, es decir, un ambiente sin juicios, con materiales adecuados y una asistencia que no roba los descubrimientos, se dispara la curiosidad, la autonomía y la confianza en uno mismo. ¿Ves que en ese sentido juego, investigación o trabajo pueden significar lo mismo? una actividad que te viene de dentro y que realizas con compromiso, esfuerzo, pero, sobre todo, con placer.

 

La última característica es que igual que el juego no tiene objetivos tampoco tiene ningún receptor. Por ello, el juego y la expresión van de la mano. La expresión es para uno mismo. Esto nos obliga a cambiar nuestro enfoque y la forma en que valoramos habitualmente nuestra realidad. Sin la presión de un juicio externo, no existe la comparación y el binomio “bien/mal” pierde sentido. Es el momento encontrar nuevas formas de valorar: la empatía y el respeto son la clave para ello.

 

Teniendo todo esto en cuenta, antes de lanzarte como una loca a comprar los regalos de navidad y quizá llenar tu casa y la de los demás con objetos sin sentido, te propongo que te hagas estas cuatro preguntas:

 

🎁 ¿Desde que emoción profunda estoy comprando este objeto, desde la confianza y el amor o desde el miedo? Si detectas miedo (quizá el miedo a que la otra persona no tenga todo lo necesario, o el miedo a que no sea capaz de experimentar o aprender lo que sea de otro modo etc.), podrías preguntarte ¿Cómo puedo encontrar seguridad de otra manera que no sea comprando este objeto/material?

 

🎁 ¿Esto que compro es de calidad y transmite que me tomo en serio sus necesidades?

 

🎁 ¿Es un material versátil que promueve el juego y la investigación? ¿O, por el contrario, le roba descubrimientos?

 

🎁 En resumen, ¿crees que le va a hacer profundamente feliz? ¿Y a ti, te hace feliz ofrecerle este regalo?

 

El amor y la ilusión que sientes por hacerle este regalo se transmite y es tan (o más) importante como todas las reflexiones anteriores. Te deseo que encuentres todo lo que te haga feliz y nutra tu alma.

 

Un abrazo,

Sara

 

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📸 @mikafinland

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