¿Cuál crees que sería tu mayor reto si organizaras tu casa con el método KonMari®? Creo que una de las mayores dificultades a la hora de organizar el hogar es deshacerte de algunos de tus objetos.

 

Dejar ir tus pertenencias implica hacer un trabajo contigo misma a varios niveles. No sólo es tener la fuerza de voluntad de dejar ir lo que ya no necesitas, sino también:

– Cuestionar algunas (o muchas) de tus creencias.

– Desapegarte de la idea que tienes sobre ti misma: quién has sido hasta ahora, cómo deberías ser etc.

– Desapegarte del objeto mismo o las emociones/vivencias que ello te transmite.

 

En el caso de los objetos sentimentales, siendo objetos de gran valor emocional, supone elevar la conciencia un peldaño más. Recuerda además, que cualquier objeto perteneciente a las otras categorías (ropa, libros, papeles y komono o miscelánea) en realidad para ti puede ser un objeto sentimental y debería ser tratado como tal.

 

 

EL PASO IMPRESCINDIBLE PARA DEJAR IR TUS OBJETOS CON FACILIDAD

 

Uno de los pasos más importantes del método KonMari® es respetar el orden de las categorías: ropa, libros, papeles, komono y objetos sentimentales. Las categorías que propone Marie Kondo están ordenados desde lo más fácil a lo más complicado para que tu proceso de orden sea lo más fluido posible.

 

Entiendo que dependiendo de la situación en la que te encuentres te sientas tentada a empezar desde otro punto, saltarte alguna categoría, o darle más importancia a otra. Cuántas veces habré escuchado:

La ropa la tengo más o menos controlada, podemos saltar ese paso

Casi no tengo libros, vamos directamente a tal categoría

Los papeles no los quiero ni mirar

Mi cocina es un desastre y me urge empezar por ahí

Me cambio a una casa sin trastero y tengo que sacar todo lo que tengo en el mio, lo demás ya veremos…

 

Intentar empezar a ordenar la casa por ejemplo desde la cocina, es como construir la casa por el tejado. La cocina es una subcategoría que está llena de creencias sobre las necesidades básicas, el consumo, la alimentación, la organización, la economía familiar etc. ¿Como crees que te sentirás si el primer contacto es con una categoría que está tan cargada de prejuicios? Tienes todos los boletos para quedarte bloqueada a cada paso.

 

No te creas que no siento empatía por estas situaciones. Especialmente en los casos de urgencia, puedo ser un poco más flexible e intentar adaptar el método lo más posible a las necesidades de la clienta. Pero siempre que se pueda (y la realidad es que se puede casi siempre), es importante mantener las categorías. No parece gran cosa, pero la decisión puede condicionar completamente el éxito de tu proceso.

 

Además, pasar primero por las categorías más fáciles te ayudará a:

– Asentar ciertos hábitos orden.

– Elegir con más agilidad, tomar decisiones sobre lo que quieres mantener o no con más rapidez.

– Te ejercitará para que puedas elegir desde la felicidad.

– Desmontar ciertas ideas o creencias sobre ti misma o lo que te rodea.

 

 

AGRADECE ANTES DE DEJAR IR

 

Te invito a que pongas en práctica este hábito siempre que tengas que tirar o dejar ir algún objeto.

 

Antes de deshacerte de ello, transmítele un mensaje de agradecimiento. Lo puedes decir para ti misma o en voz alta y puedes centrarte en diferentes aspectos: la función que ha cumplido este objeto para ti, cómo te ha hecho sentir mientras lo usabas, en lo que puede aportar a otras personas, si te gustaría que tuviera un retorno etc.

 

La frase puede ser algo así:

‘Gracias… [el objeto que sea] porque contigo me he sentido … [la emoción que sea]. Te dejo ir para que seas útil para otra persona y vuelvas a mí en algo que necesito o verdaderamente llenará mi vida’

 

Este es sólo un ejemplo, tú personalízalo para que tenga tu propio estilo, tus palabras y haga referencia a lo que es importante para ti.

 

Este ejercicio o pequeño ritual lo puedes hacer con todo, no importa que sea una pertenencia importante y un objeto de la vida cotidiana. Aprovecha cualquier excusa para ponerlo en practica, verás que al poco tiempo te saldrá de manera automática.

 

Mi experiencia es que de esta manera es mucho más fácil dejar ir los objetos. Por un lado, porque pones atención a esa pertenencia, le das valor, le das un lugar a pesar de que te estés deshaciendo de ello. Por otro lado, porque dentro de ti algo conecta con el agradecimiento y la abundancia de manera profunda. Es como si te dijeras a ti misma (o al universo, lo mismo da) que confías, que eres capaz de dejar espacio para todo lo bueno que pueda venir.

 

Otro punto importante es cuidar también la manera en que dejas ir los objetos. Por ejemplo, yo suelo limpiar todos los botes antes de echarlos a reciclar, o lo mismo con la ropa aunque esté rota o desgastada y no pueda tener otro destino que la basura… ¿Qué tipo de bolsa eliges para llevar las cosas al container o a la tienda de segunda mano? ¿Metes la ropa o las pertenencias de cualquier manera o de forma ordenada? Cuidar estos detalles también te ayudará a deshacerte de tus bienes.

 

 

SE CONSCIENTE DE TU DISCURSO INTERNO

 

He mencionado algunos tips prácticos pero hay casos en los que por mucho que quieras dejar ir un objeto, no puedes dar el paso. Tu mente pone trabas, excusas, te marea… El discurso interno es tan potente que puede llegar a paralizarte.

 

En esos casos, te propongo que te permitas un tiempo para observar, unos días, quizá más pero siempre con un dead-line definido. ¡Ojo! No estoy diciendo que dejes esos objetos en un rincón y te olvides de ellos.

 

Me gustaría que te alejaras simbólicamente de ellos, es decir, que puedas desapegarte de las emociones o las vivencias que te transmite. La idea es que te des un poco de espacio y tiempo para que puedas observar con cierta distancia el discurso o las creencias limitantes que trae tu mente:

– Puede que descubras que aunque te consideras una persona pragmática sientas más apego de lo que crees hacia los objetos.

– También es interesante que observes desde dónde o cómo te llegan esos objetos. A menudo los objetos se utilizan como una forma para crear vínculos o como muestra de amor (típico entre madres e hijas, por ejemplo).

En la misma línea los objetos también pueden ser una muestra de fidelidad: fidelidad a la forma de hacer las cosas de tu entorno, al estatus, a la manera de vivir la vida, fidelidad a la persona que has sido hasta ahora, a lo que otros consideran que debes ser…

– Pon atención en la cantidad de objetos del mismo tipo (o parecido) que tienes. Venimos de una mentalidad de posguerra (de escasez absoluta) y hemos pasado a vivir en una sociedad hiperconsumista. En algunos ámbitos se percibe un cambio, pero aún así, la tendencia general es presionar para que acumules.

 

 

SE REALISTA CON LO QUE NECESITAS SIN RENUNCIAR A LOS PEQUEÑOS LUJOS

 

Una de las consecuencias más importantes del proceso KonMari® (y una de las razones por la que lo amo tanto) es que te vuelve refinada, selectiva, eficaz. Después de hacer tu proceso de orden ya no te vale cualquier mierda:

– Priorizas la calidad por encima de la cantidad

– Nunca más vas a comprar por comprar, sino que lo haces con conciencia

– Sabes lo que te hace feliz, lo que te gusta, lo que quieres tener en tu vida

– Te valoras a ti misma, reconoces que mereces tener lo que verdaderamente suma a tu vida

– Eres consciente de lo que supone cada adquisición que realizas (pequeña o grande) no sólo para ti sino para tu entorno

 

¿Significa esto que sólo vas a comprar o aceptar objetos de primera necesidad? Para nada. Si eres una persona que por una razón u otra tiende a consumir de más, ese hábito cambiará drásticamente. Reducirás lo que compras, pero lo que adquieras tendrá más sentido. Si por el contrario, eras un persona minimalista de por sí, lo que harás es elevar aún más tu conciencia.

 

Considero que tan importante es cubrir las necesidades básicas con elementos que te nutran, como permitirte de vez en cuando un lujo. Para mi la clave está en la proporción (cada una tiene que encontrar la suya), por ejemplo: 90% para necesidades básicas – 10% lujo . Creo que una vida totalmente austera, salvo en contadas ocasiones, crea infelicidad. Es una vida plana, sin color, a menudo basado en una mentalidad de escasez. Por el contrario, una vida en la que predominan los caprichos es demasiado superflua, exaltada, como una montaña rusa.

 

En ese encontrar el equilibrio y elegir exclusivamente las pertenencias que te llenan, mi gran truco es este: respirar y dejarlo reposar un tiempo (días, semanas incluso meses o años, dependiendo de la magnitud de la compra).

 

Mi experiencia es que si para ti, lo vas a ver claro. Y a pesar de que alguna vez tengas sensación de haber perdido una oferta u oportunidad, no es tan importante y la vida te compensará de otras formas. Nunca sabes lo que está a la vuelta de la esquina, y que maravilla ¿verdad?

 

Un abrazo ♥︎

Sara

 

 

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